Los europeos nos estamos cansando y hastiando de las constantes intromisiones de la política norteamericana en los asuntos políticos, sociales y económicos de la Unión Europea.
La última guinda, que a decir verdad no es nueva, es la insistencia del presidente de los EEUU, Barack Obama, apoyado por el gobierno laborista de Gran Bretaña en el ingreso de pleno derecho de Turquía en la Unión Europea. No sé si Obama ignora, estoy convencido que no contando como cuenta con unos servicios de información de primera línea, que la gran mayoria de europeos no queremos a los turcos formando parte de la UE, y no para proteger los intereses políticos y estratégicos de los americanos, tenemos porqué ceder a sus presiones.
Turquía como máximo debe continuar con el trato preferencial del que ya disfruta desde hace años por parte de Europa y de Occidente en general, pero es un país con un gobierno islamista, moderado si, pero islamista al fin. Por cierto, el gobierno turco si se ha moderado ha sido por las presiones e incluso amenzas que ha recibido del ejército de su país, que es el garante de que Turquia siga siendo un país laico, de lo contrario Erdogan y su gobierno otros dientes y uñas nos enseñarian desde hace tiempo.
Además, los turcos ni viven ni responden a las normas y reglas de nuestra cultura ni de nuestra sociedad oocidental. Poco tenemos en común, y los políticos tienen la obligación moral y legal de ser serios en este tema que preocupa y mucho a la gran mayoria de europeos. Ya hacen bien Angela Merkel y Nicolás Sarkozy en oponerse a dicho ingreso. Estamos con ellos.
No a Turquia a la Unión Europea.
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