Algunas de las Repúblicas bananeras y esperpénticas de America del Sur se regocijan con los dictadores cubanos de aquella ya lejana y frustrada revolución de Cuba que, en lugar de ser una revolución para conseguir la defensa de las libertades nacionales, sociales e individuales de los cubanos y para los cubanos, traidoramente se tornó de la noche a la mañana en una férrea y brutal dictadura que aún pervive hoy desgraciadamente.
Cuba, república bananera, un país sometido a la crueldad de la dictadura comunista de la familia Castro. Cuba se ha convertido a lo largo de los años en una isla dentro de su isla, valga la redundancia, en medio del mar del Caribe apartada y aislada del mundo libre y democrático.
Y claro, aquellos gobernantes de algunas de las repúblicas bananeras que se han apresurado a modificar sus respectivas constituciones para asegurarse el poder, elogian a una dictadura que lleva castigando al pueblo cubano desde hace 60 años.
Cuba, el regimen cubano en concreto, tan solo se merece el desprecio y la condena de los ciudadanos y de los gobierno libres y democráticos del mundo. Tan solo aquellas dictadura revestidas con apariencias de democracias como sucede en Sudamerica pueden felicitar y elogiar a la casta comunista castrista.
Es de desear que sus elogios hacia la brutal dictadura cubana se les indigesten a todos ellos para la mayor honra y gloria de las libertades colectivas y individuales de las que debe gozar todo pueblo, toda nación.