At: Juez Goldstone
Querido Juez:
Usted, considerando su comportamiento, nos recuerda la historia de Caín y Abel (Libro de Génesis) cuando D-s le dice a Caín “El clamor de la sangre de tu hermano Me demanda desde la tierra”.
Caín, que había terminado la vida de Abel motivado por celos y animosidad, estaba lleno de odio e inferioridad. Sentía que, de esta manera, expresaba su resentimiento por ser rechazado y olvidado. Caín oyó una voz que, desde entonces, todavía hace eco, diciendo “El clamor de la sangre de tu hermano Me demanda desde la tierra”.
¿Qué pensó, juez Goldstone, cuando se convirtió en el mensajero de los países más rebeldes del mundo? ¿Qué pensó cuando se convirtió en el representante de Sudán, Siria y Libia, que cometen genocidio todos los días, mientras el mundo se mantiene en silencio? El mundo se mantiene en silencio mientras Libia (un país sin democracia o respeto por los derechos humanos) condena a muerte a gente inocente con falsas acusaciones, envía terroristas a hacer estallar un avión lleno de cientos de pasajeros, un país que envía naves terroristas para atacar a gente inocente en ciudades a lo largo de las costas de Israel. Y el mundo se mantiene en silencio mientras Siria un país donde la gente es masacrada por el gobierno, un gobierno que apoya al terrorismo, integra esta coalición.
¿Qué pensó cuando esos países, que se mantienen en silencio frente a la carnicería en Darfur o cuando cientos de miles mueren en Sri Lanka, y se mantienen en silencio cuando sus propios hermanos son asesinados por terroristas locales en Iraq o Afganistán? ¿Qué pensó cuando estos países le ofrecieron el mandato de investigar crímenes de una democracia que se esfuerza por vivir?
Permítame decirle, adverso hijo de una gran nación. Nuestra nación se esfuerza por vivir, preferimos la paz sobre la guerra, y ya probamos que estamos deseosos de hacer mucho por la paz y de pagar altos precios para lograrla, contrariamente a aquellos que nos rodean y que desean guerrear contra nosotros.
Siempre se nos forzó a la guerra y cuando las enfrentamos y apelamos a nuestras armas, siempre lo hicimos con nuestros ojos llenos de lágrimas, porque nos preocupábamos por nosotros y por nuestros vecinos.
Respetamos las leyes de la guerra, aquellas que fueron establecidas por seres humanos, así como también aquellas establecidas por el Todopoderoso.
¿Y quién es nuestro oponente? Una organización terrorista Jihad que santifica la muerte y llama a la destrucción de la patria de sus hermanos de usted. Nos matan salvajemente, arrojan sus bombas contra nuestras casas y lastiman a nuestros hijos, esposas y ancianos. Celebran cuando sus bombas alcanzan sus objetivos.
¿Y a quién está usted protegiendo, Sr. Juez, cuando nos acusa con estas infundadas culpas? Cuando nuestro ejército va a proteger nuestras ciudades y nuestras casas, les pide a nuestros vecinos que se alejen de la zona de lucha para evitar pérdidas y pesares. Nosotros no usamos a los derechos humanos para relaciones públicas o para propaganda internacional. Creemos en los derechos humanos y en la democracia.
Su trabajo, que tiene la intención de destruir la imagen del Estado de Israel y de todos y cada uno de nosotros, es similar a la tarea de aquellos que colaboraron con el régimen nazi, por su creencia en la propaganda nazi de que los judíos son culpables, en la necesidad de tener su solución final.
Lo despreciamos, honorable Juez. No porque haya renunciado a nuestra nación, su patria y la de sus ancestros, sino por lo erróneo y por la injusticia a las que usted sirve como Juez, cuando apoya tales infundadas falsas acusaciones.
El estado de Israel se retiró de cada metro cuadrado de la franja de Gaza. Eso nos costó un enorme conflicto, aún no cicatrizado, entre nuestra población. Como resultado, no tenemos conflictos territoriales con el ente terrorista que se ha separado del resto de sus hermanos en la margen occidental y que asesinó a sus opositores entre sus hermanos en la franja de Gaza. Este es el mismo ente que comete un crimen de guerra al secuestrar un soldado y mantenerlo aislado de organizaciones internacionales y de su propia familia. Esa es la gente que usted no sólo protege, sino de la cual se convierte en su vocero oficial; y usted trata de presentarnos, los que luchamos por nuestras vidas, como iluminados por las luces del mal y la infamia, que no tienen base en la realidad.
Usted fue elegido para purificar a la alimaña, para probar que uno de nosotros ve en nuestras acciones de autoprotección – un crimen.
Debo decirle, usted no es uno de nosotros. Mejor vaya y únase a los otros. Usted hará juego con los ortodoxos extremos que se reunieron con Ahmadinejad, el que declaró una guerra Jihad contra el Pueblo Judío. Él necesitará socios como usted. Una vez en el pasado, solíamos denominar a aquellos como usted ‘Kapo’.
Usted no es como nosotros, no nos pertenece y no es bienvenido aquí. La sangre de nuestros hermanos, que fueron muertos porque le dieron la espalda a una enfermera detrás de la cual estaban escondidos terroristas. Los terroristas usaron a esa mujer para ocultar su presencia, La sangre de estos soldados clama desde la tierra y lo considera a usted como el “Caín” de nuestros tiempos.
Soy un israelí orgulloso, amo a mi país y soy un hombre pacífico. Este país, Israel, es la única democracia de Medio Oriente. Representa nuestro colectivo nacional. Creemos en la justicia, en la humanidad, en el altruismo y en la creencia judía que afirma que cada hombre debe ser amado y aceptado, ya que todos hemos sido creados a semejanza de D-s.
Somos hombres pacíficos, no deseamos sangre ni asesinato, ni siquiera nos gusta castigar a nuestro enemigo, nos gusta ofrecerle una mano pacífica, amistad y comprensión.
Usted no ha escuchado esta clase de palabras en lugares dominados por Hamas. A ellos ni siquiera les gusta reconocernos. Ellos quieren nuestra destrucción. Aquellos que disparan desde escuelas, mezquitas o ambulancias – necesitan que usted pruebe que nosotros somos los que ponemos en peligro los derechos humanos.
Yo estuve entre la gente que dedicó su tiempo, durante la guerra, a una humanitaria sala de operaciones que se ocupaba de salvar vidas, proveyendo alimentos y combustibles, cuidando de quienes necesitaban ayuda y manejando cualquier violación (aunque fuera accidental) de los derechos humanos, que puede ocurrir durante tiempo de guerra. Desafortunadamente, no existen tales salas de operaciones entre nuestros oponentes.
Usted ha ignorado deliberadamente y se ha convertido en parte de un mecanismo cuya intención es negar nuestra legitimidad. Usted es parte de un mecanismo que trata de presentarnos como monstruos – con el objeto de permitir nuestra exterminación y la destrucción del estado de Israel.
Maldito sea Caín, y malditos sean sus seguidores, ya que sus crímenes todavía hacen eco y porque por su causa “la sangre de Abel Nos sigue clamando desde la tierra”.
Yo, desde este amado país, me uno a su grito y digo: grita, amado país, contra los traidores que te atacan como aves predadoras y violan tu honor.
David Altman, Ph.D
Senior Vice President
Netanya Academic College
1 University ST.
Kyriat Yitzchak Rabin, Netanya 43265. Israel.
Traducción para porisrael.org : José Blumenfeld
Publicado por L. Y. Conde
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