Nada bueno presagia el posible éxito del llamado referendum convocado por el presidente venezolano, Hugo Chávez, para preservar los derechos y libertades de los venezolanos. Hugo Chçavez es un egolatra de poder. Es un ambicioso y delirante político que amaña todo lo que puede amañar desde el poder que ostenta, para consolidarse a perpetuidad, si es necesario, como presidente autoritario y déspota como muy bien ha demostrado desde que asumió la jefatura del gobierno.
Desde Europa y desde todos los países democráticos observamos con recelo y temor que los resultados del referendum en cuestión le sea favorable. No sería bueno ni para Venezuela, ni para Latino America ni para el mundo civilizado, democrático y libre. El mundo ya no puede andar como los cangrejos, hacia atrás. Lejos quedan las cruentas disctaduras de Chile y de Argentina, como para que surja un nuevo dictador en el cono sur del continente americano.
Los venezolanos no se merecen esto. No se merecen caer en la tentación de votar a un dictador para consagrarle como presidente de su gobierno hasta que se hastíe de governar. Esto no es gobernar, a esto solo se le puede llamar despotismo en el más puro estilo de cualquier dictador embriagado de poder y de dominio de sus ciudadanos. Confiemos en los venezolanos que sepan reaccionar a tiempo antes de tirar en la urna sus papeletas de Si o del No.
Desde Europa y desde todos los países democráticos observamos con recelo y temor que los resultados del referendum en cuestión le sea favorable. No sería bueno ni para Venezuela, ni para Latino America ni para el mundo civilizado, democrático y libre. El mundo ya no puede andar como los cangrejos, hacia atrás. Lejos quedan las cruentas disctaduras de Chile y de Argentina, como para que surja un nuevo dictador en el cono sur del continente americano.
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